Tu estudio de teatro en La Paternal será muy pintoresco, y esa casa antigua, con esa santa rita colmada de flores, sera imponente, pero no podés poner en el baño un cartel que dice, (y encima en letras rojas): "Si estás indispuesta (indispuesta), no arrojes apósitos en el inodoro". No hacía falta aclarar "si estas.....", con pedir que "esas cosas" se arrojen en el cesto de basura, alcanzaba y sobraba.
Fui a averiguar por los cursos, no a que me dieras una clase magistral de autores de este y del siglo que pasó. Me tuviste ahí, encerrada en penumbras por más de dos horas. Me estaba aburriendo, tenía hambre y en mi casa me esperaban y yo ahí, sin poder hacer un llamado, ni pedir auxilio.
Es que tenía en la cabeza sólo lo que leí en el diario: que te cogés a tus alumnas, y a una de ellas, hasta la embarazaste. (Bueno, ella también estaba presente en el acto, "se embarazó", podría decir, pero en este caso, vos con...............más de sesenta años y "manchitas en las manos", ella con apenas diecisiete, no me sale otra cosa que decir que el que hizo eso, fuiste vos).
Ella pasó al frente, justo en mi primera clase, e hizo un "yo afectado", a mi entender, patético. No me gustó ni un poco. No le creí nada cuando lloró y vos elogiaste, justamente, esa parte: la del llanto ese tan deplorable como el que hace una de esas adolescentes que recién están empezando a trabajar en televisión, en esas series llenas de canciones pegadizas, merchandising e historias sin contenido (es evidente que te la seguís cogiendo, si no, no hubieras aplaudido con lágrimas en los ojos esa escena digna de no haber salida nunca pero nunca al aire).
Y sabelo: ese primer día, el de la "clase de prueba", te mentí: no tenía que ir a Ezeiza "a recibir a un familiar que llegaba del exterior". Dije eso para poder escaparme de esos ejercicios de relajación en los que decías frases como: "abran esos culitos", o "los culitos bien abiertos, bien flojitos"............mientras hacías gestos con las manos..............yo pongo el culo flojo para quien se me antoja, no para hacer un ejercicio pedorro en tu estudio de "La Paternal".
Ah, y el café que vendes en el "bar" que armaste en el hall de entrada, era chiquito, caro, y encima, estaba quemado.