sábado, 23 de abril de 2011

Tercera edad

En un bar en el barrio de Caballito, un muchacho, de unos 38 años, menos de un metro setenta, cabello castaño claro, amanerado en demasía, llega con su madre, que apenas puede caminar y tiene la mirada perdida, agarrada del brazo. Se sientan: _ Mamá, tenerte así como estás ahora, es como tener un Audi en la puerta, cero kilómetro, pero sin poder usarlo. Yo no quiero que estés enferma, caída.
La madre no dice ni mu. Llega la hija de la señora, Mónica, que no puede creer que su hermano haya sido capaz de sacar a la madre del geriátrico sin siquiera peinarla. Lo reta. Pide café para ella y su hermano, y un té con leche para la madre. Mientras esperan que la camarera traiga el pedido, mandan a la madre a maquillarse al baño. _Y mañana podrías ponerte las medias que te regaló Lili, hasta que venga a visitarte y vea que las usas, no dejes de ponértelas. El hermano acota que hace calor, que "pobre mamá con medias de nylon, con treinta y cinco grados Mónica, a vos te parece?".
Llega el pedido a la mesa y la madre vuelve del baño, mal maquillada, sombra no sólo en los párpados y rouge no sólo en los labios. _Ves, así sos otra mamita, dice el muchacho, y continúa _yo me pongo mal si te veo demacrada, con ese pullover todo sucio, descosido...........no querés que te traiga la Virgen de Luján que cambia de color cuando llueve?.
Madre _ Prefiero la Medalla Milagrosa.
Muchacho _ La Medalla Milagrosa está en tu pieza en el geriátrico mamá, si yo ayer cuando vine a visitarte la vi. Se queja porque, "cómo es posible que se le mezclen las vírgenes", y se agarra la cabeza y cada dos frases repite que tiene ganas de vomitar, que él así no puede seguir.
_Mamita, si no te venís a casa, vas a tener que seguir en ese hogar de ancianos, y vos no querés eso, no? La madre apenas balbucea. Continúa el hijo _ya sé que en casa no hay mujeres mamá, pero que esté yo es casi lo mismo. La hermana, Mónica, le recrimina que haya dicho eso con un gesto de desaprobación. Todos tenemos que hacer un sacrificio mami, yo no puedo venir hasta acá todos los días, Moni tiene una casa, un esposo, hijos que cuidar..............la madre vuelca el té y moja la mesa, el piso y su falda. Mónica insiste con el tema de las medias que le regaló Lili a su madre, "me prometés que te las vas a poner, mamita?".
Mirala a Mina, ella también tuvo que sobreponerse a tantas cosas: "el esposo se le fué, la diferencia es que ella sabe manejar, entonces sale a dar vueltas con el Renauld Doce que le dejó el otro hijo, en cambio vos............pero a ella ni la plata ni las estancias le alcanzaron. Pasa que ella tiene otro carácter, yo quiero verla a Mina cuando no pueda caminar a ver si sigue tan pispireta. Y sigue con su monólogo: _te hago una pregunta mami, (se agarra la cabeza, vuelve a decir que quiere vomitar), ay, me canso..............a vos el piso de Avenida de Libertador (sin "L"), no te sirve para nada, o si? La madre se limpia las migas de la medialuna que tiene en la boca con la manga, _ mañana no te quiero ver con ese saquito mami, es lindo, pero esta tan sucio............ah, me olvidaba de decirte, mañana va a venir María a verte, le digo que te traiga las palomitas de maíz así le tirás a las palomas? Mirá Mónica como tiene la manga del saco, yo así no puedo seguir. Quiero vomitar, pedimos la cuenta y nos vamos?
Mónica_ mañana ponete las medias mami, me lo prometés?