jueves, 13 de septiembre de 2007

Castaños sensuales y ganas de escapar

Llegás de afuera y tenés que teñirte, o si no "tenés que", aprovechas para hacerlo porque a Mendoza no te llevaste ni el número de la última tintura que te hiciste, ni los guantes esos de goma, naranjas, que eran de cocina y están pinchados pero que para teñirte, sirven (los que traen las tinturas , esos de "bolsita", no hay que intentar usarlos, siquiera). No te llevaste la cofia, ni la toalla toda manchada que usás para ponerte en los hombros, agarrada en el medio con un alfiler de gancho, ni la camiseta esa vieja que te ponés abajo, por si la toalla se corre, como siempre pasa.

Vamos a ver que tal queda el "castaños sensuales" combinado con el "azules tétricos" de mis ojeras. La chica de la cajita luce tan bien..............en cambio vos, te sentís desenergizada, desvitalizada. Pedís turno con el homeópata y le rogás que te de dosis al por mayor de Ignatia (que sea 100), globulitos en frasco de medio kilo y gotas en damajuana.

Mientras esperás que el tiempo pase y puedas ir a lavarte y por fin saber cómo quedó, estás por llamarlo por teléfono, (a él), pero desistís. Te acordás de eso de: "la escritura como un límite", te quedás en silencio, te escuchás y escribís:

Cosas que nunca harías:

.tomar café en un velorio

.usar esos bolsos "pañaleros", rosa bebé, celeste o verde agua (éste último, menos que menos), con osos y globos bordados

.llevar a tu perro a un grupo de perros que se juntan en la plaza Devoto (en realidad esa plaza se llama Arenales, pero a vos te gusta llamarla así, igual que el barrio en el que como un árbol centenario, está plantada, como si fuera el corazón de los que ahí nacieron, de los que viven, de los que sobreviven.........) y decir: "somos los papis de estos perruchis que los domingos se juntan en esta plazucha a jugar"

...........encima si lo llamabas, ibas a manchar el tubo del teléfono con esa mezcla entre marrón y verde que además de estar en tu cabeza, chorrea por tus orejas, por la frente (esa gota que te pica, que te irrita, que te molesta. Persistente. Como esas palabras que no te hieren pero que igual, te rompen las pelotas)..........los ojos.

Controlo el reloj compulsivamente. Desde el día que mi tía se hizo el Henna y le quedó la cabeza como una zanahoria porque se lo dejo más tiempo del indicado, que temo (mientras que con la tintura puesta, lavo ropa, tomo mate, leo alguna nota del diario que el fin de semana dejé "para después"), olvidarme del tiempo. No es la frase: "le quedo la cabeza como una zanahoria", lo que marcó mi infancia, sino lo que mi tía, mi mamá, la mamá de mi tía, la mamá de mi mamá, decían al respecto, abordando el tema en cuanto cumpleaños, asado, reunión familiar hubiera. Cuando descubrí que en realidad, no era tan grave, sino que simplemente le había quedado el pelo demasiado naranja, tuve la sensación de no haber entendido alguna parte, de haberme perdido
algo.

Cuarenta y cinco minutos. Pasó lo que imaginaba: no quede como la chica de la caja y me siento más desenergizada y desvitalizada que antes de empezar, porque con el castaño que no es tan sensual pero sí se ve más fuerte, el blanco de la cara, los poros dilatados, el azul de las ojeras, se notan mucho más. Además las raíces me quedaron rojizas, las puntas marrones, el medio, negro........(pensamientos: por qué me niego a ir a esa colorista a la que va mi mamá?, es que el nombre: "colorista", ya me pone mal. Además ahí me tengo que quedar sentada, no puedo lavar ropa, tomar mate o leer el diario mientras pasa el tiempo, aunque me vendría bien, así me quedo un poco quieta).

Y lo único que tenés en mente es irte a una playa, a tirarte panza arriba, para hacer sólo eso: esperar ver salir el sol, esperar que se vaya a dormir, para al otro día, verlo salir, nuevamente y ser sol con él. Y olvidarte de todas esas cosas que no te gustan, que te angustian y te hacen mal.