jueves, 26 de abril de 2007

Su flor preferida

Los jazmines no tienen espinas. Se dejan amar sin tabúes, pensó ella al respecto.
A ella le gustaría ser jazmín.

Además le gustan sobremanera los jazmines, por ese perfume inconfundible a navidad y esa magia que tienen de hacerlo todo más bello.

lunes, 23 de abril de 2007

Compatibilidades

A ella la tranquilizaba encontrar frasquitos de homeopatía y esponjas vegetales en botiquines y baños ajenos. Le parecía que eso era fundamental a la hora de entablar nuevos vínculos. Cosas como esas: frascos con globulitos, goteros con oligoelementos y esponjas de las que no son de nylon y en colores, eran más importantes que compartir el gusto por la literatura o hasta algunas creencias religiosas.

domingo, 22 de abril de 2007

Domingo

En Mendoza, no me agarra taquicardia, ni dolor de panza, ni me cuesta dormirme los domingos a la noche.
Allá los domingos uno puede dormirse tranquilo, como cualquier otro día.
Será porque también el lunes, es tan diferente al lunes de la ciudad, que ya viene cargado desde el domingo al atardecer, con la depresión de la caída del sol.

Un lunes en Mendoza me resulta más tranquilo (y pintoresco) que un domingo en Buenos Aires.

Los lunes, y a pesar de que en este pueblo no hay cines ni teatros, hay espectáculo: a las cuatro, cuatro y media de la tarde, los negocios empiezan a remolonear con las caricias de lampazo que sus dueños o empleados les regalan a sus veredas, como si todos (cada uno en su lugar) fueran al ritmo de una misma melodía. Y es tan perfecta la sincronización, que dá la sensación de que ellos escuchan una orquesta, que está, que existe, que suena fuerte, pero que es "muda" para el resto, para nosotros, los que no participamos de esa coreografía especial con la cuál ellos despiertan de la siesta.

miércoles, 18 de abril de 2007

Ella y ese amor IV

Ella quería plantar en él todo ese amor que brotaba, crecía y moría en ella. Quería sembrarlo en él, y que en él ese amor echara raíces. Ella no podía sola con todo ese amor. Necesitaba que fluyera y se reprodujera en él.

Iluminada por un rayo

Se caía el cielo abajo en Buenos Aires y aunque recomendaban no salir si no era necesario, y yo, que por lo general temo andar sola por la calle, (de noche, con lluvia, relámpagos y truenos, más), decidí irme (sola) de la casa de mi novio a la mía..........en colectivo.

Si bien lo primero que le salía decir a uno era "que noche horrible" o "que noche tan espantosa", para mí no era así. No hacía frío, ni calor. El diluvio había parado por lo tanto tampoco me mojaba. Y si bien la parada del colectivo esta en una zona de Devoto bastante tranquila, no la notaba tan desértica como otras noches cuando paso con el auto por ese mismo lugar y digo para mis adentros: "ni loca espero el colectivo sola en esta esquina!!!".
Y encima, espere por el transporte que me llevaría a mi casa, 25 minutos. Y esta vez (y también contra todos los pronósticos), no grité, ni insulté a las madres y hermanas de los choferes por la demora desmesurada (y por la cual seguro no tenían la culpa), ni golpee los pies contra el piso.............saqué el único papel que tenía en ese bolso repleto de cosas: el sobre de la última factura de teléfono que llegó a casa (excesiva por cierto) y apoyada sobre un pedazo de pared que aún no había sido tocado por el agua, escribí:

Que no soporto los mosquitos, enormes, engordados como pollos a base de alimento balanceado, que se hicieron inmunes al veneno en todas sus formas: los espirales, las tabletas, el repelente. Revolotean atontados, como yo cuando me levanto de una siesta larga sin necesidad, con el estómago revuelto y la cabeza a punto de estallar.

No soporto, respirar olor a perro en las casas a las que voy. Y no es que los perros (pobres) sean sucios, (ni sus dueños), es que con esta humedad todo emana hacia la superficie. Hoy la cuidad, (las calles de la ciudad, todas, en todos los barrios, desde Villa del Parque, pasando por Paternal hasta Belgrano y Las Cañitas), huele a perro.

El olor a pis también brotaba hoy en los vestuarios de la pileta del club y se me ocurre que el pis (y ese olor, fuerte, ácido, que te entra por los poros hasta los órganos) está siempre, sólo que los días en los que no hay humedad, no se nota tanto, o está disfrazado con el desodorante líquido y pegajoso que huele a frutilla por demás artificial y que también, en días como estos en los que la humedad es del más del cien por ciento, tiran en los colectivos con rociador de gota gorda.

No caben dudas de que el único mundo habitable en días como hoy, es el que existe debajo del agua: MI mundo elegido.

sábado, 14 de abril de 2007

Aquí y ahora

Que lindo escuchar a esta hora la lluvia. Mejor aún poder percibirlo.

Estaba por dormirme. La casa y el edificio están en absoluto silencio. Salvo algún que otro auto, cada tanto, no se escucha nada más que el agua, que cae. No diluvia, ni garúa, cae linda el agua, pareja, como si todas las gotas tocaran la superficie (el suelo, el techo, el toldo del departamento de al lado, el marco de mi ventana) al mismo tiempo.

En este instante estoy en mi cama.
En este instante percibo el agua.
En este instante SOY lluvia cayendo desde el cielo.

domingo, 8 de abril de 2007

A la una de la mañana

Es bueno, en parte, que se corte la luz en casa: no televisión, no música, no distracciones como ponerme a ordenar el placard, revisar papeles viejos o lavar alguna remera a mano. Uno se siente perdido. Se te ocurre, (ya que no podés ver tele), ponerte a planchar, pero tampoco podés.

Te quedás dos segundos en silencio y te escuchás. Y escribís (aunque sea debajo de la luz de la última vela que te quedaba en el cajón de abajo de todo de la cocina, esa que está ahí entre los "separadores" para el freezer, las rejillas a estrenar y el sacacorchos viejo que no se usa más).

martes, 3 de abril de 2007

Noticia recién sacada del horno

Ayer amase pan por primera vez. Hacía años quería hacerlo y como tantas otras cosas que fui postergando, el pan se suma a la lista de cosas realizadas con disco nuevo.

Yo que en mi vida hice un huevo frito y que para mi cocinar es hacer "gelatina, tostadas o tomate al medio", (tostadas con café con leche si es una merienda elaborada o romántica), estaba emocionada con mi emprendimiento.
A decir verdad, quedó duro como una piedra y seco como el desierto pero se come!!! De mis manos a mi mesa..........o a mi boca. A nuestra boca.......Juli dice que "si le pones mucha pero mucha manteca, le agregas mucha pero mucha mermelada o mucha pero mucha miel, pasa". Bien que esta noche cuando notó que el arróz integral estaba duro, el revuelto de zapallitos ácido y las berenjenas del pastel estaban cortadas en un tamaño que a ella no le parecía el mejor, se hizo un sandwich con MI pan, zanahoria rallada y mayonesa. Y lo pudo comer.

Me dolía la espalda, para variar y dije que en lugar de irme a la cama, me pondría (finalmente) a amasar pan (ya se estaba por vencer la levadura que había comprado para tal fin y veía como destino final del salvado que había comprado el tacho de basura, ya que era suelto y no tenía vencimiento escrito y siendo así, por las dudas, tiro todo!!!). Con el asesoramiento en vivo de mi mamá que enyesada y todo me guío con amor y no se movió de al lado mío en lo que duró el proceso.
Debo confesar que ni bien empecé a medir los ingredientes, ya quería abandonar el barco. No me va la cocina y no hay caso...............tres pasos ya es "elaborado". Imaginate el pan, que preparas la............el bollo de levadura era ?, mezclas ambas harinas, dejar levar o elevar? (ni los términos se), esperás.............después recién amasas, moldeas (bollitos o flauta o ese molde grandote, como esos panes que "nacen hechos" que venden en las panaderías, como un pedazo grande de pan............yo elegí hacer dos flautas porque muchos bollos no me entraban en la asadera que mi mama había enmantecado). El olor que había en la casa al menos era espectacular.

A las cuatro y media de la tarde estaba tirada en la cama sin poder mantenerme más en pie y llorando..........podría decir que "amasar pan te conecta con sensaciones maravillosas, te hace olvidar los dolores y las penas se esfuman en el horno", pero no.
Es muy linda la sensación de comer algo hecho por uno (yo hasta ahora lo máximo que comía era lechuga lavada por mí) pero por el momento voy a seguir comprando pan en la panadería de la esquina de mi casa, aunque sea más blanco que negro y los bollitos, de tan chicos que son, más que bollos de pan parezcan bombones de chocolate...............blanco.

lunes, 2 de abril de 2007

Ella y ese amor III

Ella quería encontrar un amor al que pudiera mostrarle sus medias sin pudor. No era que sus medias fueran feas, viejas, o rotas, pero para ella, las medias eran algo tan íntimo como el alma y a ella no le resultaba fácil mostrar su alma así, abiertamente a cualquiera.

Ella cree haber encontrado en él, el hombre delante del cuál puede quitarse los zapatos. Y estar tranquila.

domingo, 1 de abril de 2007

Absurdo

Entro a un almacén, mini despensa, verdulería también, china. O coreana. Japonesa creo que seguro no es ("creo" que "seguro" no es..............¿creo o seguro?). Los que ponen estos bolichitos y venden muy barato son los chinos o los coreanos, los japoneses no. Atún $3.50 (el de marca, el que en todos lados es el más caro). _"Deme una lata, por favor".

Dentro del negocio, hay un hombre: gordo, alto, muy grandote. Ropa sucia. Él está sucio. Tiene pocos dientes, algunos de ellos, dorados. Afuera hay otro hombre, tanto o más grandote que el que está adentro, cerca mío. El chino (o el coreano) les habla. Los dos hombres (uno adentro y el otro afuera) se ríen. Dudo, no sé si se ríen CON él o DE él. Salen, entran, vuelven a salir. No sé si son proveedores de algo, pan, bebidas........... o ladrones. Son raros. Miran raro.

_"¿3.50?, deme dos, por favor". Si, mejor aprovecho y llevo dos. Por casa tan barato no lo consigo. Llevo dos, si me encanta el atún. Debieran venderlo en baldes de 5 kilos, como el helado.

Escucho hablar en italiano. ¿No era chino el bolichito? A esta altura ya no entiendo nada. Aunque vengo de misa y comulgué y eso me "satisface", tengo un hambre que casi no me deja ver. Me abriría una lata de atún ahora mismo. O las dos. ¿Tendrá abrelatas acá el chino?
El gordo, los gordos, me dan miedo. Sus contexturas físicas y sus dientes dorados, más miedo aún. Se siguen riendo. El chino, también se ríe. Imagino que por reírse no más, no creo que entienda muchas cosas más, que darme caramelos Sugus en lugar de las monedas de cinco o diez centavos que me corresponderían de vuelto.
A un costado del mostrador-heladera está la tele encendida. Ahí se ve y se escucha la RAI.