domingo, 27 de mayo de 2007

Más sueños (para no olvidar)

Anoche dormí en la tierra de mi infancia (que es un poco, la tierra de mis sueños): acostada, totalmente atravesada entre el pasto y ese camino de lajas que iba desde la galería hasta la medianera del fondo.

En la pileta había poca agua, y podrida, como todos los inviernos. Albañiles, pintores y jardineros trabajaban rasqueteando no sé qué cosas y podando la enamorada del muro, que a pesar de ser atacada con esas tijeras grandes que parecen capaces de arrasar con todo lo que encuentran, se aferraba con más amor que nunca a su hombre de cemento.

Una canilla goteaba en la cocina (en qué cocina no pierde una canilla).

En unos de los cuartos de adelante estaban reunidos hombres de negocios, trajeados de gris y con portafolios negros. Y al lado de ellos, en otro cuarto, una actriz muy conocida y bonita se probaba vestidos largos de fiesta y zapatos con tacos altísimos y detalles en brillantes.

Volviendo "al fondo", después del camino de lajas, se llegaba a "la casita": la de los juguetes, los disfraces y los secretos. Ahí no me animé a entrar.

viernes, 25 de mayo de 2007

25 de mayo

Hoy, no fue para mí un "típico Día de la Patria" con:
visitas al Cabildo
escarapelas en el pecho
chocolate caliente
empanadas
pastelitos


A cambio:
mucha fiebre
tos
resfrío
dolor de cuerpo, de cabeza, de columna (cómo no)
agua mineral
exprimidos de naranja

galletitas de agua
arróz
antigripales alopáticos
globulitos homeopáticos rebajados en tres cuartos de vaso de agua: "tomar de a sorbos cada veinte minutos"


No estoy curada del todo pero el cóctel va dando sus frutos y ya tuve ganas de comer: buen síntoma (aunque muchos años de mi vida haya pensado lo contrario).

martes, 22 de mayo de 2007

Motivos

Para recordar (una vez más) que no se puede programar (absolutamente) nada.

Para ejercitar la paciencia.

Para conectarme más con mi arte.

Para estas cosas demoran, la burocracia y la (in)justicia mi viaje a Mendoza.

domingo, 20 de mayo de 2007

La vida es como te la tomás

Domingo a puro sol. Y este jugo de naranja exprimido, como una inyección de vida que va directo a mis venas.

Como las uvas: comprimidos de vitamina.

sábado, 12 de mayo de 2007

Zodíaco

A ella le molestaba que la gente le dijera: "se nota que sos de acuario, porque te gusta nadar". Y más le molestaba tener que estar explicando que acuario no era un signo de agua, sino de aire. Eso sí tenía sentido: a ella le gustaba volar.

lunes, 7 de mayo de 2007

El pasado en mis sueños

Soñé con cosas del pasado: la casa de mi abuela materna, tal cuál era cuando yo era chica y antes de que la división de la herencia y los albañiles y arquitectos arrasaran con las relaciones entre hermanos y los cimientos de esa casa que ya no es la misma pero que igual vive en algunas cosas como la heladera que era de los abuelos y que sigue ahí, enfriando nuestros corazones; a través de alguna escoba que quedó de esa época y que hoy barre los pisos nuevos; a través del placard del baño en el que la abuela guardaba los miles de frascos de cremas, productos para el pelo, jabones, con los que yo podía pasar mas de dos horas encerrada, jugando a que tenía una perfumería.

Cómo es posible que uno no recuerda cosas y en los sueños se nos manifiestan contundentes, hasta con los más mínimos detalles: el dibujo del empapelado del living, con las rasgaduras exactamente a dónde sí, al despertar, recuerdo que estaban. El rosario ese grande que colgaba de la cabecera de la cama. Hasta cosas inmateriales, como el perfume que salía del cajón de la mesa de luz a donde ella guardaba sus pañuelos, nos acerca en el sueño un recuerdo de esa infancia que también, y aunque anestesiada en la conciencia, despierta y vive en algún remoto lugar del inconsciente.


En el sueño, yo le compraba a mi prima, la parte de arriba de unas medias con bombacha. Ella había cortado un par de medias de nylon, color piel, (me resultan totalmente desagradables por como aprietan en la cintura, piernas y caderas; por el color: piel; y por la textura: el nylon, que no te deja respirar ni deja que tu piel lo haga). Me lo cobraba cincuenta pesos. Era una media destruida, ni más ni menos, pero el que estuviera rota y gastada lo hacía cool y yo pagaba por eso.

El resto de los habitantes de mi sueño, eran comensales sentados en una gran mesa familiar que estaba en el living. Mientras tanto, yo, frente al espejo del cuarto de mi abuela, me probaba ese short (roto, feo, caro, ridículo) que me había vendido mi prima y corroboraba cuán flacas estaban mis piernas.

jueves, 3 de mayo de 2007

Ella y ese amor (que ya pasó)

Ella creía que algunas cosas que le pasaban, que sentía, iban a ser de por vida. Y convencida, le dijo a el:


"Estoy enamorada de vos, con mi pelo, con mis pies y con mi corazón".


"Sos con quien quiero pasar las tardes de mi vida hasta que se enfríe el agua en la pava (sabés, agregó, que no me gusta usar termo porque a una prima mía se le rompió uno en el auto camino a San Clemente y se quemó toda la panza y le quedó una cicatriz muy fea) y el mate se lave".

"Siento, que a diferencia de los otros, de todos los anteriores, éste que siento por vos, es un amor sin miedos. Y sin máscaras".


Al tiempo, y de un día para el otro, (como siempre le sucedía) se daba cuenta de que todo era una ilusión, una "verdad efímera", y le dijo: "todo eso que te había dicho, ya se me pasó".