jueves, 6 de septiembre de 2007

Las horas

A ella los relojes le mostraban las horas que ya habían pasado, no las que estaban por llegar.

Ella le tenía miedo a las horas feas. Ella quería que volvieran las horas lindas. Las horas del otoño. Las horas suavecitas. Las de cuando la abuela la saludaba cuando se iba a la escuela. Y las de cuando ella jugaba en la vereda y alguien la llamaba para entrar a merendar. Las horas de las pelusitas del paraíso y del olor a pollo.

No quiere horas feas desde que tiene pesadillas, y si quiere que cuando se despierta, alguien le diga qué hora es, porque ella se despierta y no sabe a dónde está y eso la desespera y le recuerda nuevamente el tiempo que ya pasó y las horas feas, no las que vienen que son lindas: las horas del "después".