Querida, abrí los ojos. No edites en tu mente sólo las escenas lindas, las románticas, las agradables, que a propósito son más trucadas que reales. Quitale el photoshop a esas imágenes y recordá también, cuando no podías escapar y te quedabas paralizada, inmóvil, absorviendo toda esa mierda, como un sesto de sangre, huesos y carne.
Después de la discografía todo se mide con otra vara. No es lo mismo que te dejen un 1º de mayo del año 2000 a las once y cuarto de la noche, que ocho años después habiendo padecido estos pinchazos inescrupulosos y sin anestesia, en tu columna.
Ahora si me dejás de amar, no te digo que no voy a llorar, pero no tanto como antes. La vida es un juego, nena, divertite. Qué es esto de estar llorando "por los siglos de los siglos". Pero quién sos, María Magdalena, telopidoporfavor. María Magdalena era la que lloraba o la que cosía esperando a su amado, Yulai. Y la de la hebra esa tan larga que cosió un vestido y le sobró un poco?. Yo lo que sí sé es que el que decía "vístanme despacio que estoy apurado", era Napoleón, de eso no tengo dudas porque mamá lo repitió hasta el cansancio y cuando yo corría porque no llegába a la clase de expresión corporal, ella me repetía la frase y si, tenía razón, era peor correr. Siempre es peor correr, porque es como que uno lo hace para no pensar. No pensás Yulai, que tal vez mis discos y mis cuerdas vocales se deshidratan por tantos años de llanto ininterrumpido?. A vos te parece, seguir preocupándome por estas cuestiones. Si es verdad que allá no me reía, y tenés razón, que esta alegría, y las risas, y los bailes en casa no se cambian por nada del mundo, pero escuchame, Yulai, "el corazón tiene razones que la razón no entiende". Ok, no me mires asi, y menos que menos me revolees la valerina amarilla por la cabeza. Sé que detestás estas cursilerías y es verdad, menos amor propio, querida. Tatuate esto en tu mente: sacátelo de la cabeza. Y quitale tu corazón y entregátelo a vos misma, me gusta eso. Y ahora, reíte y rehidratate.
Y ya lo dijo la reumatóloga, que "tu enfermedad avanza según cómo vos estés animicamente", y siguió: "hacé sólo lo que te dé placer"...............y yo acá pensando si voy o no al bautismo de la hija del vecino de la abuela de mi amiga del jardín de infantes, pero por favor. Y hasta el neurólogo se solidarizó y me dio autorización para "matar directamente", a quien provocara en mi, estas migrañas asesinas (so i will kill him).
Claro, pero ella, en qué se declara cuando se entera de estos noticiones; en huelga de hambre. Ah no, querida, no puede ser todo una excusa para que se te cierre el estómago. Pero abrilo de una patada y festejá comiendo panchos como en el sueño de anoche. Acaso no sos una hermosa mujer, hecha y derecha, que tiene su regla en fecha y ya no sufre de "esos problemas".
Por qué me cuesta tanto Yulai, soltar las amarras de este barco varado en el puerto de mi corazón, cargado de pasado. Aunque te confieso, que por momentos, como cuando nado, lo intento, y en cada brazada siento que lo logro, y mirá cómo reacciono cuando la máquina gigante emprende el viaje contrario al mio y con su bocina me dice "adios": camino por el muelle, con un vestido largo y blanco, pero que no es "de novia", estoy descalza, por supuesto, y el viento me despeina, cómo no. Soy rubia, como en esa foto que me sacaron en la terraza del departamento de Mar del Plata, tengo un camisón amarillo y el pelo "rubio oro" me llega hasta la cintura. Abajo en la cocina, mamá prepara las tostadas con manteca y el café con leche. Papá saca esa foto que quedará por siempre junto a la otra en la que estoy con el bote inflable en la pileta de la casa de Devoto, la otra en la que estoy disfrazada de la mujer maravilla, la del gorro de lona blanco, y la del jardín japonés, con jeans, camisa hippie y sandalias franciscanas azules. En esas fotos, como en mis sueños, hay luz en mis ojos. Sonrío. Soy feliz. Y lo más importante, en todas se perfilaba que de grande, sería una mujer despeinada.