viernes, 22 de agosto de 2008
Flash informativo
Cuatro de la tarde en la ciudad. LLueve. Veintidos grados y medio de temperatura. Sale el sol. Humedad del ochenta y nueve porciento. Vuelve a llover. Salgo a mi balcón desierto de jazmines, evidentemente no es navidad. Se casa una vieja. Sale el sol. El chico de enfrente me mira. Llueve. Ahora la que lo mira soy yo. Vuelve a salir el sol. Me mira de nuevo. Se casa otra vieja. Él se pierde en el encaje negro de mi colaless, mientras yo le doy la espalda y me voy caminando con el pelo recogido en un rodete a punto de desarmarse.