miércoles, 18 de abril de 2007

Iluminada por un rayo

Se caía el cielo abajo en Buenos Aires y aunque recomendaban no salir si no era necesario, y yo, que por lo general temo andar sola por la calle, (de noche, con lluvia, relámpagos y truenos, más), decidí irme (sola) de la casa de mi novio a la mía..........en colectivo.

Si bien lo primero que le salía decir a uno era "que noche horrible" o "que noche tan espantosa", para mí no era así. No hacía frío, ni calor. El diluvio había parado por lo tanto tampoco me mojaba. Y si bien la parada del colectivo esta en una zona de Devoto bastante tranquila, no la notaba tan desértica como otras noches cuando paso con el auto por ese mismo lugar y digo para mis adentros: "ni loca espero el colectivo sola en esta esquina!!!".
Y encima, espere por el transporte que me llevaría a mi casa, 25 minutos. Y esta vez (y también contra todos los pronósticos), no grité, ni insulté a las madres y hermanas de los choferes por la demora desmesurada (y por la cual seguro no tenían la culpa), ni golpee los pies contra el piso.............saqué el único papel que tenía en ese bolso repleto de cosas: el sobre de la última factura de teléfono que llegó a casa (excesiva por cierto) y apoyada sobre un pedazo de pared que aún no había sido tocado por el agua, escribí:

Que no soporto los mosquitos, enormes, engordados como pollos a base de alimento balanceado, que se hicieron inmunes al veneno en todas sus formas: los espirales, las tabletas, el repelente. Revolotean atontados, como yo cuando me levanto de una siesta larga sin necesidad, con el estómago revuelto y la cabeza a punto de estallar.

No soporto, respirar olor a perro en las casas a las que voy. Y no es que los perros (pobres) sean sucios, (ni sus dueños), es que con esta humedad todo emana hacia la superficie. Hoy la cuidad, (las calles de la ciudad, todas, en todos los barrios, desde Villa del Parque, pasando por Paternal hasta Belgrano y Las Cañitas), huele a perro.

El olor a pis también brotaba hoy en los vestuarios de la pileta del club y se me ocurre que el pis (y ese olor, fuerte, ácido, que te entra por los poros hasta los órganos) está siempre, sólo que los días en los que no hay humedad, no se nota tanto, o está disfrazado con el desodorante líquido y pegajoso que huele a frutilla por demás artificial y que también, en días como estos en los que la humedad es del más del cien por ciento, tiran en los colectivos con rociador de gota gorda.

No caben dudas de que el único mundo habitable en días como hoy, es el que existe debajo del agua: MI mundo elegido.