Estaba con su mamá, embalando la vajilla. Todo estaba teñido de negro, (por el diario con el que la envolvían). Ella tocaba el mimbre, liso, claro............_Lauri, guardá tu muñeca en el canasto que está en tu cuarto.
_No se muere mamá, ahí encerrada?
_No, no se muere, ella sabe respirar adentro de un canasto. Además, el mimbre tiene agujeritos por donde ella puede hasta ver. Verte. Es hasta mañana nada más, cuando la pongas a dormir en tu cama de la casa nueva.
Ella y sus trenzas doradas, recorrían el departamento semi vacío, iluminado por el sol, que entraba decidido sin ser filtrado por las cortinas, que ya descansaban en una valija vieja.
_Las cortinas en canastos no. Las cortinas y las toallas, van en valijas, decía su mamá mientras se terminaba de sacar con los dientes el esmalte rojo carmín que se le había saltado en una de sus uñas:_odio el rojo, se quejaba, se te salta una puntita y ya se nota, ya queda mal.
_En la casa nueva, también vamos a ser una familia, mamá?, preguntó ella, soltándose las trenzas.