domingo, 17 de febrero de 2008

Sueño volador

Caminaba sola por una calle oscura. Llegaba a mi edificio: el teclado del ascensor era diferente del de siempre. No sabía que lo habían cambiado, pensé.
Al tiempo de estar en ese cubo vertical y parecerme que ya era demasiado tiempo como para llegar al cuarto piso, me daba cuenta de que sin querer había apretado el botón del piso trece. Eso era "lo diferente" que yo notaba, si mi edificio tenía sólo cinco pisos.
Se sentía que afuera soplaba un viento muy fuerte. Decidida abrí la puerta: sobrevolaba la ciudad en ascensor. Viajaba por encima de techos y terrazas, rozando antenas viejas y cables rotos. Me sentía Mary Poppins. Algunos gatos peleaban hasta sacarse sangre, otros, hacían el amor bajo una luna soberbia.
En ese momento, mi abuela que no se quería morir, se asomaba a una nube, y tranquila, riéndose como en sus mejores épocas me decía: no tengas miedo, lo peor ya pasó.