miércoles, 10 de diciembre de 2008

Abracadabra

"No quiero un novio vaquita", pero ella insistía y se posaba en mi hombro, caminaba por mi panza, se detenía en mi mano.
"Pero si así estoy bien. Qué necesidad de estar conociendo gente nueva".
"Al menos para entretenerte".
"Pero si no estoy aburrida"
"Bueno, para divertirte"
"Ya te dije, no estoy aburrida"
"Bueno, para conocer gente nueva"
"Y qué tal si me dejás de joder. No veo hace meses a los mil amigos que ya tengo, voy a complicarme con uno más, nuevo y desconocido. Pero acaso, qué carajo pasa con sus vidas que todos están empecinados en buscarme un novio ("una compañía, al menos") a mi.

A vos te parece Yulai, complicarme la vida con un amor civilizado, si a mi tampoco me quita el sueño llegar a fin de mes. Ok, contigo pan y cebolla, tampoco nene, que tener hambre me pone de pésimo humor, y vas a rogar tener dos papas al menos, además del pan y la cebolla, con tal de hacerme un puré y que cambie esta carita de culo que .............decime, mi cara de culo, no es especial?. Porque no es cualquier cara de culo. La mía como que tiene más............porque además, Yulai, qué me importa a mi si "es un buen candidato, porque fijate vos, que con esa edad ya tiene una 4 x 4, y una casa en un barrio privado, y una lancha con la que sale a navegar los domingos", si a mi me gusta dormir la siesta, sola, tomar mate, sola, porque no soporto el ritmo de los otros, y yo lo tomo hirviendo, lavado y de manera compulsiva, y no puedo esperar a que otro (él), tome mientras charla, hojea el diario, y me dice, "gordita, que bien la pasamos anoche" o "qué tal si vas poniendo el agua para los ravioles". Pero querida, yo me voy a la cama sola y agradezco estar sin compañía, si es por mi, quedate tranquila, que la cama grande se disfruta más así, sin que nadie me toque la piernita, si hasta me da calor dormir abrazados y además con este acolchado de pluma de ganzo, qué nivel, me alcanza y sobra, porque abriga y no ronca, y si hasta después del amor, lo que más deseo es tener la cama de "El Lado Oscuro del Corazón".

Sabés Yulai, que de tanta soledad me hice adicta al Klaro Plancha Fácil y a la guía Filcar. Mirá vos, y yo que me negaba a usarla porque prefería preguntar, y tanto dicen que "preguntando se llega a Roma", y caminando, aunque haga calor, estés cansada y con hambre, y el bolso pese, hablando de ojos y de bocas, de escultores, de poetas, de hombres de papel, espacios vacíos, libros viejos, las relaciones con un padre, los semáforos, etc, etc, se llega a Avenida Córdoba y Scalabrini Ortiz, y mirá vos que está tan linda la noche, que ni me di cuenta de la hora que se hizo.

Pero viste como es esto Yulai, la vida es medio un juego, no te parece. Si la plata del estanciero no es la única "de mentira", porque de qué nos sirven todos los billetes de cien pesos que sepamos conseguir, si no tenemos un amor que nos haga ver todo de otro color, por quién pasarnos la noche en vela, a quien servirle el pan en la mesa.
Y entonces así, como por arte de magia, se cumple eso que un día leí, que "la vida da revancha", y te sacude, y te sorprende, y yo que estaba como la Coca Sarli, pero sin esas tetas descomunales, claro, llorando por Armando mil años después.
Porque si no es verdad esa frase de la revancha de la vida y esas cosas, cómo se explica que un martes cualquiera de noviembre, cerca de las siete de la tarde (cómo me gusta el atardecer Yulai), en un Falcon dorado, con dos dados negros colgando del espejito retrovisor, encontrás el amor. Cinco horas y un té sin limón, para volver enamorada como nunca. Y estar cuarenta y cinco minutos parada, sin poder reaccionar, ni sacarme la cartera de encima, ni los zapatos, ni nada. Sin poder entender cómo "de la nada", encontrás a tu sueño masculino hecho realidad. Será real, Yulai? No creo, es un sueño. Pero como soñar se puede, y "no sólo se puede, se puede y se debe", yo elijo soñar, Yulai, si para noticias tremendas, llenas de sangre, injusticia y dolor, está la vida que no es el Estanciero, no creés.

Asique, parece que de las galeras de los magos, además de conejos, palomas, y pañuelos de seda de colores, pueden salir también historias de amor como ésta, sabías Yulai. Y sin que lo esperaras ni lo imaginaras siquiera, un sueño de amor se te instala en el cuerpo, en la mente, en el alma, y viajás en una nube, como si fuera un globo aerostático, que te lleva a sobrevolar sobre todo aquello que creías imposible.

Y ahora qué hago, Yulai, con las pancartas que pinté con acuarelas azules, verdes y amarillas, que decían: "yo no me enamoro más", y con el cartel enorme que dice "Prohibidas las escenas románticas", con el que te topás al entrar a mi cuarto. Creo que voy a romper todo eso en mil pedazos y armaré un fueguito en donde quemarlos.

Y a los dos días el sueño de amor se te hace carne, Yulai, y se te adhiere en tu cabeza, en tu retina, en tu corazón, y tus árboles de navidad ya no tienen bolas frías, en verde, rojo o azul metalizado, sino pajaritos de colores que cantan "piopio viva el amor" . Y Anita dice que como Urano tocó mi sol, o tengo Saturno en las venas, o algo así, puedo curarme sola, pero a mi me está curando el amor Yulai, y vivo un milagro con las lumbares desinflamadas, y que lindo es caminar y respirar al mismo tiempo, sin morir en el intento, no te parece.
Y no me da miedo pasar veinticuatro horas con él, comiendo Nugatones y tomando agua con hielitos, tocando la guitarra a lo Carla Bruni, cubierta unicamente por mi diminuta ropa interior transparente, sentada sobre sus guías amarillas, esas que están al lado de la mesita del teléfono.

Y fijate Yulai, que justamente ahora, cuando más que antes, más que nunca, más que siempre, yo me quiero despertar, él llega a mi vida con sus "curitas" de amor, y tiene razón Yulai, cuando dice que "si de despertares se trata, hay mil cosas preciosas para sacarse la modorra".